GEOBIOLOGÍA

El arte ancestral de la geobiología estudia nuestras relaciones del ser humano con el hábitat, y las implicaciones que tiene en su salud, conociéndose como la “medicina del habitat”.

Existen múltiples evidencias de que nuestros antepasados eran maestros en el arte de la geobiología, y vivían en total armonía con su entorno. No es por casualidad que los lugares más sagrados de la humanidad (monumentos megalíticos, pirámides, templos, catedrales,…) estén situados en zonas de fuerte actividad telúrica y alta concentración energética.

La palabra Geobiología se compone de 2 partes: geo-tierra y bio-vida.

Las zonas que registran radiaciones en cantidades nocivas para el ser humano se denomina geopatías, o zonas geopatógenas. En numerosas ocasiones permanecer en zonas alteradas teluricamente muchas horas al día (cama, mesa

de trabajo, etc) es el origen de numerosas patologías, tanto físicas como psicológicas.

Las radiaciones tanto de origen natural como artificial son invisibles, tienen efectos acumulativos, y sólo se pueden identificar y evaluar con aparatos de medición especializados, y técnicas de prospección bioenergéticas. Su adecuada detección permite cuantificar el nivel de riesgo y las medidas a adoptar para evitar su influencia, con lo que podemos convertir nuestro hogar en una fuente de salud y descanso. Nuestro hábitat tiene una influencia en la salud de forma tan directa, como la alimentación, o el ejercicio físico.

De Origen Artificial

Contaminación electromagnética: Se trata de radiaciones electromagnéticas generadas por la actividad de líneas de transporte eléctrico, transformadores, antenas de telefonía móvil, radares, redes WiFi, o teléfonos inalámbricos, entre otros. Estas tecnologías generan radiaciones en intensidades y frecuencias que no se dan en la naturaleza, por lo que nuestra actividad biológica no responde naturalmente a su influencia.

De Origen Natural

Son radiaciones electromagnéticas generadas por la actividad geofísica de la propia Tierra. Se encuentran presentes en la totalidad de la superficie de la Tierra y sin ellas no existiría la vida en nuestro planeta, al menos como la conocemos. No obstante en algunas áreas concretas, que llamamos áreas geopatógenas, se pueden dar distorsiones o variaciones en la intensidad de estos campos por la interferencia con elementos geológicos de la corteza terrestre, como flujos de agua subterránea, fracturas en el terreno, distribución geométrica de la intensidad del flujo geomagnético, etc.

Las radiaciones ambientales de origen natural, se encuentran directamente relacionadas con trastornos y enfermedades crónicas, y pueden afectar tanto de forma localizada a un solo órgano, como al conjunto de los sistemas orgánicos de un individuo. Esto depende de la intensidad y el tamaño del área geopatógena.

Otro factor a tener en cuenta en la influencia en la salud de las personas debido a su hábitat, y que tiene su origen en la naturaleza, es el gas radón, éste es un gas radiactivo producido por la actividad radiactiva del uranio, o el torio presente en algunas rocas, normalmente graníticas, aunque se pueden dar también en otros tipos de suelos.

Fuente:

GEOSANIX